Claudia lo encontró muy, pero que muy asustado en un pequeño callejón de Salamanca. No lo pensó ni un instante. Se lo llevaría a casa y lo educaría.
Efectivamente. Fue amor a primera vista. Había acabado su jornada en la biblioteca de la Universidad y de camino a casa se topó con él. Imposible no pararse porque le encantaban los gatos.
Porque, a diferencia de lo que muchas personas pueden creer, Claudia sabía que los gatos pueden dar mucho cariño y amor a sus dueños a poco que sean correspondidos. Así que se propuso educarle y que fuera su fiel compañero.
Leo fue el nombre que le puso nada más verlo, agazapado en un rincón y totalmente desorientado.
Se le acercó con mucho cuidado, midiendo sus movimientos para que no saliera huyendo. Pronto vio que se trataba de un gato de la raza bengalí.
Lo supo por su peculiar pelaje moteado, su cabeza ancha y orejas pequeñas. En cuanto le miró a los ojos, supo que Leo tenía que ser su mascota. Los ojos de los gatos bengalíes enamoran.
La Experiencia Traumática de Leo
Ya en casa se dio cuenta de un pequeño detalle. Leo llevaba un pequeño collar que le identificaba. En ese collar vio un número de teléfono.
Llamó. Se trataba de una tienda. Describió al gato y el dueño de la tienda lo reconoció al instante.
“Sí, -le dijo el dueño de la tienda- vendimos ese gato hace a un par de semanas. Se lo vendimos a un hombre que nos dijo que se lo quería regalar a su hija por su cumpleaños”.
“Otra persona con pocos escrúpulos –pensó Claudia-. El capricho de una niña malcriada dentro de una familia que no respeta a los animales”.
No le dio más vueltas. Leo ya pertenecía a su familia y no lo iba a abandonar de nuevo. Por supuesto que no.
Empieza su Proceso de Educación
El abandono había causado cierta mella en Leo. Era lógico. Había sufrido una experiencia traumática.
Claudia también lo notó. Mostraba claros signos de desconfianza, se escondía. Tenía miedo de que otro ser humano le hiciera daño.
Lógico, muy lógico.
Las reacciones de Leo no sorprendieron a Claudia, quien ya sabía que se tenía que armar de paciencia para “conquistar” el carácter de su gato bengalí.
¿Cómo empezar? Probó a sentarse en el suelo, a varios metros de Leo. Le leía libros con un tono suave y calmado. Notaba que Leo se calmaba y que poco a poco se iba acostumbrando a su presencia.
“Esto va bien, muy bien”, pensó Claudia. “Seguro que lo conseguiré”.
No desfalleció. El siguiente paso fue introducir juguetes en su rutina diaria porque los gastos son juguetones. Es más, aprenden jugando, como los bebés.
Y, por supuesto, tenía que empezar a premiar su buen comportamiento. Lo hizo a través de la comida.
Los pequeños entrenamientos los realizaba antes de darle su comida. Si lo hacía bien, Leo comía y se daba cuenta de que era la actitud adecuada. En otras ocasiones, optaba por golosinas para gatos.
Leo empezó a responder incluso a la voz de Claudia. Leo pasó de ser un gato bengalí asustadizo a un compañero cariñoso y bien educado.
La interacción humana hizo su efecto. Una interacción humana basada en el amor.
¿Ya conoces todas las razas de nuestro criadero de gatos exóticos?
¿Se Puede Educar a un Gato?
Nuestra respuesta a la pregunta que te acabamos de plantear es que sí. Que un gato se puede y se debe educar.
Hay que empezar por romper mitos. En demasiadas ocasiones pensamos que los gatos son muy independientes y que, por mucho que nos esforcemos, no nos harán nunca caso.
Creemos equivocadamente que tener un gato en casa será una batalla continua para evitar que muerda los muebles, que nos arañe o que haga sus necesidades en cualquier lugar.
La culpa no es del gato. La culpa es del ser humano.
Es nuestra culpa porque, en primer lugar, creemos que la educación de un gato ha de ser exactamente igual que la de un perro. Esto es un grave error.
En segundo lugar, porque somos egoístas y no queremos tener el suficiente tiempo ni la suficiente paciencia para educarle.
Te sorprendería saber la gran capacidad de aprendizaje que tienen los gatos.
Aspectos a Tener en Cuenta para Educar a un Gato
Tras lo que te hemos comentado en el párrafo anterior, ¿qué es lo que debes tener en cuenta para educar a un gato? Para responder a esta pregunta hemos elaborado la siguiente lista:
- Tiempo y paciencia. Tal y como ha demostrado Claudia con Leo, lo primero que hay que tener es tiempo y paciencia. Si no posees estas dos cosas, no adoptes o compres un gato.
- Siempre la misma respuesta. Que puede ser la palabra “no”, una palmada o un silbato. Ante algo que no quieres que haga di la palabra, da la palmada o haz sonar tu silbato. Lo entenderá.
- Regañar de manera inmediata. De nada va a servir que observes que ha hecho algo mal y lo regañes pasadas unos minutos. Lo has de pillar “in fraganti” para regañarlo.
- Ni gritos ni castigo físico. Totalmente prohibido. No por nada. Porque no servirá. Es más, ante un grito se va a esconder y lo vas a convertir en asustadizo.
- Normas son normas. Esto significa que si un día se sube al sofá y no quieres lo has de bajar. Si al día siguiente sube al sofá y no lo bajas, habrás perdido la batalla.
- Premios. Premia siempre el comportamiento positivo de tu gato.
Una última cosa. Educar a un gato es asegurarse una convivencia tranquila. Lo que ha de aprender tu mascota felina es:
- Que aprenda a utilizar el arenero para sus necesidades.
- Que no afile sus uñas en tus muebles.
- Que no se suba a los muebles altos.
- Que no trepe por las cortinas.
- Que no muerda.
- Que no arañe.
Si consigues todo esto, no tengas ninguna duda de que podrás seguir los pasos de Claudia con su gato bengalí Leo.
Recuerda. Educar a un gato no depende de tu mascota. Depende de ti.