Como mi Gato me Ayudó a Superar mi Estrés y Depresión

Laura era una profesional de éxito. Trabajaba en un estudio de arquitectura rodeada de decenas de compañeros en una ciudad como Valencia, atestada de gente.

Pero se sentía sola. A pesar del continuo barullo tanto dentro como fuera de la oficina, no lograba conectar con nadie.

Sus continuos éxitos profesionales no eran suficientes para conseguir la felicidad. Se sentía deprimida y estresada. Estaba triste.

Se había puesto en manos de un especialista en salud mental pero no notaba ninguna mejora.

Es cierto que le habían indicado que el estrés y la depresión no desaparecen de un día para otro. Que debía tener paciencia.

Pero no quería tener paciencia. Había sido una de las alumnas más brillantes en la Universidad y no tardó ni cinco minutos en ser reclutada por el gabinete de arquitectura más prestigioso de Valencia.

¿Cómo era posible que tras todos estos logros no se sintiera satisfecha con ella misma?

 
 


El encuentro Que le iba a Cambiar la Vida

Iba ensimismada en estos pensamientos mientras estaba dando vueltas y más vueltas por las siempre concurridas calles de la ciudad del Turia.

Lo cierto es que caminaba sin un rumbo fijo, levantando de vez en cuando la cabeza para no tropezar.

Y en uno de esos momentos en que levantó la cabeza lo vio.

Vio a una gata de raza british detrás del escaparate de una tienda de animales.

Desde ese mismo instante le pareció, como pudo comprobar después, que era una gata muy tranquila y juguetona.

Su mirada la cautivó. Esos ojos de ese gato transmiten confianza, cariño, amor, e inteligencia, se dijo para sí misma.

Entró y le dijo al dueño que lo quería. Que se lo llevaba a casa inmediatamente.

Nadine fue el nombre que pensó para ella. Un nombre francés que significa esperanza.

Los Primeros Momentos en Casa

Por supuesto que, siguiendo las indicaciones del dueño de la tienda, le preparó a Nadine una habitación para ella sola.

Los gatos, en general, cuando cambian de hábitat, suelen estar un poco retraídos y es mejor que tengan su espacio.

Poco a poco irán reclamando la atención de sus dueños.

Sin embargo, en esta ocasión, Nadine pareció entender la situación. Pareció entender que Laura necesitaba ayuda, que no estaba pasando por sus mejores momentos.

Supo entender que Laura necesitaba compañía y desde el primer instante se le acercó, se dejó acariciar.

Esas caricias y el ronroneo constante de Nadie empezaron de inmediato a hacer efecto.

Lo que notó Laura desde el mismo instante de la entrada de Nadine en su casa fue una energía positiva que nunca había experimentado antes.


Rutinas Cada vez más Positivas

Nadine comenzó a cambiar las rutinas de su dueña, prácticamente sin que Laura se diese cuenta.

Se acercó a la puerta de entrada y Laura entendió que quería salir a dar un paseo. Esto fue tremendamente positivo porque los paseos se convirtieron en diarios.

Hacía mucho tiempo que Laura no hacía ejercicio, esencial para luchar contra los síntomas del estrés y la depresión.

El hecho de cuidar de su mascota la alejó de sus problemas de salud mental.

Y llegaba la noche y se sentaban juntos a ver la televisión. Las caricias tenían un efecto casi milagroso.

A medida que pasaban los meses, Laura comenzó a notar cambios significativos en su bienestar.

Sus niveles de ansiedad disminuyeron y su estado de ánimo mejoró considerablemente.

La presencia constante de Milo y sus travesuras diarias hacían reír a Laura, algo que no había hecho en mucho tiempo.

Llamó a su especialista en salud mental y se lo contó todo.

Su especialista la escuchó con atención y le dijo que sí, que existían varios estudios en los Estados Unidos que indicaban que los gatos pueden ser muy beneficiosos para reducir los niveles de estrés y depresión.


Se lo Tenía que Contar a Todo el Mundo

No podía quedárselo para ella sola. Tenía que contar su experiencia a todo el mundo.

Los problemas de salud mental habían aumentado en la población española desde la pandemia del Covid 19, sobre todo en gente joven.

Buscó grupos de apoyo y se decidió a ir y contar el cambio que ella había experimentado cuando decidió adoptar a Nadine.

Quería ayudar a los demás. Y así lo hizo.  Esta nueva misión compartida con Nadine la ayudó a recuperarse completamente.

¿Pueden los Gatos Ayudar a Combatir el Estrés y la Depresión?

Sí. Rotundamente sí. Algunos estudios así lo indican, tal y como hemos comentado anteriormente.

Los gatos ayudan a combatir enfermedades de salud mental porque:

  1.  Proporcionan compañía y reducen la soledad
    Los gatos ayudan a combatir la sensación de soledad. Proporcionan mucha compañía.

    Muchos gatos ayudaron a sus dueños en los momentos más duros del confinamiento como consecuencia de la pandemia del Covid 19.
  2. Efectos Físicos
    Estos estudios también indican que acariciar a los gatos o simplemente tenerlos cerca puede disminuir los niveles de cortisol, que es la hormona que se asocia al estrés y aumenta la liberación de la oxitocina, popularmente conocida como la hormona del amor.
  3. Efectos Terapéuticos
    Los estudios a los que estamos haciendo referencia indican que el ronroneo de los gatos es muy reconfortante y tiene efectos terapéuticos.

    Este sonido tiene efectos calmantes.
  4. “Obliga” a adoptar hábitos saludables
    Tal y como le ha ocurrido a Laura, la presencia de Nadine la obligó a hacer ejercicio físico diario. También se hace actividad física si se juega con el gato.

    Esto no es tan solo positivo para luchar contra el estrés y la depresión, sino también ayuda a prevenir enfermedades del corazón.

    Todo ejercicio físico ayuda a conservar mucho mejor el corazón.

En nuestra sociedad, y, sobre todo, desde el estallido del Covid 19, las enfermedades de salud mental tales como el estrés y la depresión no han dejado de crecer.

Nos sentimos solos y abatidos en algunas ocasiones. Tenemos miedo al futuro.

Así que no está de más que, tal y como ha hecho Laura, adoptes un gato en tu casa. Una solución que puede aliviar tus problemas. No lo olvides.

Por cierto. No vas a tener una mascota. Vas a tener un amigo.

María contenta con su gatito